El término vanguardismo (del francés avant-garde, término del léxico militar que designa a la parte más adelantada del ejército, la que confrontaría la «primera línea» de avanzada en exploración y combate) se utilizó posteriormente para denominar, en el terreno artístico, las llamadas vanguardias históricas, una serie de movimientos artísticos de principios del siglo XX que buscaban innovación en la producción artística; se destacaban por la renovación radical en la forma y el contenido; exploraban la relación entre arte y vida, y buscaban reinventar el arte confrontando movimientos artísticos anteriores. También es común utilizar, en la comunidad hispanohablante, el propio término avant-garde para referirse a esas escuelas artísticas en particular o a cualquier otra escuela o tendencia similar.
Dentro de las corrientes vanguardistas, los ismos surgieron como propuesta contraria a supuestas corrientes envejecidas y propusieron innovaciones radicales de contenido, lenguaje y actitud vital. Entre ellos se encuentran los siguientes:
Impresionismo:
El impresionismo no fue propiamente un ismo de vanguardia, sino un antecedente contra el que reaccionaron los vanguardistas. Su principal aporte a las vanguardias fue la liberación del poder expresivo del color. Los impresionistas aprendieron a manejar la pintura más libre y sueltamente, sin tratar de ocultar sus pinceladas fragmentadas, y la luz se fue convirtiendo en el gran factor unificador de la figura y el paisaje. Pero los pintores impresionistas eran artistas que ya no pretendieron ejercer con su arte una modificación radical en las costumbres de su época ni estaban comprometidos con la voluntad de un gran cambio social. Son la consecuencia del fracaso de las pretensiones de la revolución de 1830, la de 1848 y la Comuna de París.
Expresionismo:
El expresionismo fue una corriente pictórica que nació como movimiento a principios del siglo XX, entre 1905 y 1925, en Alemania y otros países centroeuropeos de ámbito germánico y austro-húngaro, ligado al fauvismo francés como arte expresivo y emocional que se opuso diametralmente al impresionismo.
Se enfrentaría básicamente como la teoría estética a las ideas realistas, a las viejas ideas impresionistas que habían aparecido en Europa en los últimos veinte años del siglo XIX, y plantearía que lo real no es fundamentalmente aquello que vemos en lo exterior, sino aquello que surge en nuestra interioridad cuando vemos, percibimos, intuimos o producimos algo.
Fauvismo:
El fauvismo fue un movimiento de origen francés que se desarrolló entre 1904 y 1908, aproximadamente.
El importante Salón de Otoño de 1905 supuso la primera exhibición para el grupo cuyo objetivo era lingüísticamente la síntesis forma-color. No se buscaba la representación de los objetos inmersos en la luz solar, sino la de las imágenes más libres que resultaban de la superposición de colores equivalentes a dicha luz. En efecto, los fauvistas consideraban que mediante el color se podían expresar sentimientos. Henri Matisse fue uno de los mayores representantes de esta vanguardia.
Cubismo:
El cubismo nació en Francia en 1905. Sus principales rasgos son la asociación de elementos imposibles de concretar, desdoblamiento del autor, disposición gráfica de las palabras, sustitución de lo sentimental por el humor y la alegría y el retrato de la realidad a través de figuras geométricas. Los inspiradores del movimiento fueron Pablo Picasso y Georges Braque. Algunos de los principales maestros fueron Juan Gris, María Blanchard, Fernand Leger, Jean Metzinger y Albert Gleizes, pero con anterioridad Paul Cézanne ya habría marcado el camino.
Futurismo:
El futurismo, movimiento inicial de las corrientes de vanguardia artística, surgió en Milan, Italia, impulsado por el poeta italiano Filippo Tommaso Marinetti, quien recopiló y publicó los principios del futurismo en el manifiesto del 20 de febrero de 1909, en el diario Le Figaro de París. Al año siguiente, los artistas italianos Giacomo Balla, Umberto Boccioni, Carlo Carrà, Luigi Russolo y Mario Jordano firmaron el llamado Manifiesto del Futurismo.
Este movimiento rompía con la tradición, el pasado y los signos convencionales de la historia del arte. Consideraba como elementos principales de la poesía el valor, la audacia y la revolución, ya que se pregonaba el movimiento agresivo, el insomnio febril, el paso gimnástico, el salto peligroso y la bofetada.
Dadaísmo:
Surgió en Zúrich, Suiza, entre 1916 y 1922. Hugo Ball y Tristan Tzara se hicieron notar como fundadores y principales exponentes. El movimiento creció y rápidamente se extendió a Berlín y a París. Uno de los motivos que llevó al surgimiento de DADA fue la violencia extrema y la pérdida de sentido que trajo la Primera Guerra Mundial. Rebelándose contra el status quo, las convenciones literarias y artísticas y rechazando las convenciones de la sociedad aburguesada -que consideraban egoísta y apática - los dadaístas hicieron de su arte un modus vivendi.
Posteriormente, nació el dadaísmo norteamericano en Nueva York con Francis Picabia y el francés Marcel Duchamp.
Ultraísmo:
El ultraísmo apareció en España entre 1919 y 1922 como reacción ante el modernismo. Fue uno de los movimientos que más se proyectó en el mundo de habla hispana, contribuyendo al uso del verso libre, la proscripción de la anécdota y el desarrollo de la metáfora, que se convertiría en el principal centro expresivo. Fue influido por poetas como Vicente Huidobro y Guillaume Apollinaire.
Surrealismo:
Escisión del dadaísmo, el movimiento surrealista se organizó en Francia en la década de 1920 alrededor de André Bretón, quien inspirado en Sigmund Freud, se interesó por descubrir los mecanismos del inconsciente y sobrepasar lo real por medio de lo imaginario y lo irracional.
Estridentismo:
El estridentismo nació de la mezcla de varios ismos. Se dio entre 1922 y 1927 y se caracterizó por la modernidad, el cosmopolitismo y lo urbano, así como por el inconformismo, el humor negro, el esnobismo, lo irreverente y el rechazo a todo lo antiguo. Entre sus representantes se cuenta a Manuel Maples Arce y a Arqueles Vela.
Existencialismo:
El existencialismo es un movimiento filosófico que postuló fundamentalmente que son los seres humanos, en forma individual, los que crean el significado y la esencia de sus vidas. Emergió como un movimiento en la literatura y filosofía del Siglo XX, heredera de los argumentos de filósofos como Sören Kierkegaard, Friederich Nietzsche y Miguel de Unamuno.
Este movimiento generalmente describe la ausencia de una fuerza trascendental; esto significa que el individuo es libre y, por ende, totalmente responsable de sus hechos, sin la presencia de una fuerza superior que pudiera determinarle en su actuar.
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